La Argentina es una potencia futbolística mundial. Se exportan jugadores en grandes cantidades. Es decir, se ve a la Argentina como un productor de excelencia en este campo.
La Argentina es de los países políticamente más desprestigiados. Pudiendo ser una potencia económica, es un país que contiene una sociedad absurdamente empobrecida. Es decir, se ve a la Argentina como un lugar donde es posible cualquier negocio turbio, cualquier truchada.
¿Por qué el fútbol nos da excelencia y la política corrupción? Veamos:
1) En la política, UD. puede ocupar un alto puesto si es hermano/a, esposa/o, amigo/a o amante de un dirigente lo suficientemente poderoso.
2) En el fútbol, UD. no puede ocupar un puesto de ningún tipo, ni aun siendo hermano de Maradona, si no es capaz o habilidoso.
¿Por qué se produce esto? Entre otras cosas:
1) En el fútbol, casi todos sabemos de qué se trata y conocemos las reglas; a su vez, los propios jugadores aceptan las mismas, yendo sin chistar a ocupar un sitio inferior ante la presencia de alguien más capacitado. El técnico no tiene necesidad de mentirles ni los jugadores aspiran a encontrar "consuelos", sino que "saben" que deben esforzarse.
2) En la política, casi nadie sabe de qué se trata, a pesar de que casi todos creen saberlo. La mayoría de los dirigentes no tiene que demostrar idoneidad; sólo "organicidad", eufemismo de "no causar molestias" a sus dirigentes superiores. Generalmente, se acepta la mentira como una forma de "explicación", y se aspira a ella como una eficaz arma de persuasión.
¿Con qué expectativas se ve a la política y al fútbol?
1) UD. está alerta para comentar durante días una gran jugada.
2) UD. está alerta para comentar durante días un acto de corrupción.
¿Qué diferencia al público al juzgar la política y al fútbol?:
1) En una cancha, todos participan, los miles de asistentes saben de qué se trata, hay reglas claras y todos las aceptan. Entonces, no hay discusión acerca de quién debe estar en tal puesto o no. Cada aficionado consume grandes cantidades de información acerca de los detalles más nimios de su equipo y de casi todos los equipos que participan en el torneo.
2) En política, casi nadie participa. Los miles de afiliados no reciben ni buscan ninguna formación, nadie discute las decisiones del líder y nadie consume información de su propio partido ni mucho menos de los otros partidos del arco político.
¿Qué provoca esta información o desinformación?
1) De un jugador se sabe y se busca saber cuántos goles hizo, cómo jugó en el club anterior, cuántos penales marró o cuántas tarjetas le sacaron. Se sabe hasta cuáles fueron sus mejores y peores jornadas. Resultado: todos son distintos y cada uno tiene un valor propio y así se lo juzga eficazmente, con lo cual se ayuda a mejorar las performances de la generalidad. Todos saben qué se puede esperar de ellos.
2) De un político no se sabe ni se busca saber cuántas horas trabaja, cuántos proyectos y de qué calidad hizo, qué hizo anteriormente y qué gestiones se le encomendaron y éste hizo o dejó de hacer. Resultado: todos son iguales, ninguno tiene un valor personal y así no se puede juzgar correctamente, con lo cual no se puede ayudar a mejorar la clase política. Nadie sabe qué se puede esperar de ellos.
¿Qué le espera a la Argentina con esta forma de ver las cosas?
1) En el fútbol, sólo la continuidad de grandes resultados, con jugadores enmarcados en carreras ascendentes cada vez a mayor velocidad y cantidad. Satisfacción para el público y para los jugadores, que se esfuerzan y se sienten reconocidos gracias al "control de calidad" que ejerce la hinchada.
2) En política, frustración tras frustración para el pueblo y para los buenos políticos que no consiguen la ayuda de un "control de calidad" de parte de la sociedad.
¿Qué importancia relativa tienen estas dos disciplinas?
1) El fútbol, por importante que sea en nuestras vidas, es tan sólo un juego.
2) La política, por aborrecida que sea, determinará nuestra calidad de vida y el futuro de nuestra sociedad.
La Argentina es de los países políticamente más desprestigiados. Pudiendo ser una potencia económica, es un país que contiene una sociedad absurdamente empobrecida. Es decir, se ve a la Argentina como un lugar donde es posible cualquier negocio turbio, cualquier truchada.
¿Por qué el fútbol nos da excelencia y la política corrupción? Veamos:
1) En la política, UD. puede ocupar un alto puesto si es hermano/a, esposa/o, amigo/a o amante de un dirigente lo suficientemente poderoso.
2) En el fútbol, UD. no puede ocupar un puesto de ningún tipo, ni aun siendo hermano de Maradona, si no es capaz o habilidoso.
¿Por qué se produce esto? Entre otras cosas:
1) En el fútbol, casi todos sabemos de qué se trata y conocemos las reglas; a su vez, los propios jugadores aceptan las mismas, yendo sin chistar a ocupar un sitio inferior ante la presencia de alguien más capacitado. El técnico no tiene necesidad de mentirles ni los jugadores aspiran a encontrar "consuelos", sino que "saben" que deben esforzarse.
2) En la política, casi nadie sabe de qué se trata, a pesar de que casi todos creen saberlo. La mayoría de los dirigentes no tiene que demostrar idoneidad; sólo "organicidad", eufemismo de "no causar molestias" a sus dirigentes superiores. Generalmente, se acepta la mentira como una forma de "explicación", y se aspira a ella como una eficaz arma de persuasión.
¿Con qué expectativas se ve a la política y al fútbol?
1) UD. está alerta para comentar durante días una gran jugada.
2) UD. está alerta para comentar durante días un acto de corrupción.
¿Qué diferencia al público al juzgar la política y al fútbol?:
1) En una cancha, todos participan, los miles de asistentes saben de qué se trata, hay reglas claras y todos las aceptan. Entonces, no hay discusión acerca de quién debe estar en tal puesto o no. Cada aficionado consume grandes cantidades de información acerca de los detalles más nimios de su equipo y de casi todos los equipos que participan en el torneo.
2) En política, casi nadie participa. Los miles de afiliados no reciben ni buscan ninguna formación, nadie discute las decisiones del líder y nadie consume información de su propio partido ni mucho menos de los otros partidos del arco político.
¿Qué provoca esta información o desinformación?
1) De un jugador se sabe y se busca saber cuántos goles hizo, cómo jugó en el club anterior, cuántos penales marró o cuántas tarjetas le sacaron. Se sabe hasta cuáles fueron sus mejores y peores jornadas. Resultado: todos son distintos y cada uno tiene un valor propio y así se lo juzga eficazmente, con lo cual se ayuda a mejorar las performances de la generalidad. Todos saben qué se puede esperar de ellos.
2) De un político no se sabe ni se busca saber cuántas horas trabaja, cuántos proyectos y de qué calidad hizo, qué hizo anteriormente y qué gestiones se le encomendaron y éste hizo o dejó de hacer. Resultado: todos son iguales, ninguno tiene un valor personal y así no se puede juzgar correctamente, con lo cual no se puede ayudar a mejorar la clase política. Nadie sabe qué se puede esperar de ellos.
¿Qué le espera a la Argentina con esta forma de ver las cosas?
1) En el fútbol, sólo la continuidad de grandes resultados, con jugadores enmarcados en carreras ascendentes cada vez a mayor velocidad y cantidad. Satisfacción para el público y para los jugadores, que se esfuerzan y se sienten reconocidos gracias al "control de calidad" que ejerce la hinchada.
2) En política, frustración tras frustración para el pueblo y para los buenos políticos que no consiguen la ayuda de un "control de calidad" de parte de la sociedad.
¿Qué importancia relativa tienen estas dos disciplinas?
1) El fútbol, por importante que sea en nuestras vidas, es tan sólo un juego.
2) La política, por aborrecida que sea, determinará nuestra calidad de vida y el futuro de nuestra sociedad.
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