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¿Quousque tandem abutere, Cristina Kirchner, patientia nostra? ¿Quam diu etiam furor iste tuus nos eludet? ¿Quem ad finem sese effrenata iactabit audacia?


EL PUEBLO QUIERE SABER: Todos los días se descubren nuevos actos de latrocinio y corrupción del kirchnerismo / Albertismo . ¿Cuánto le costará al país los desmadres del KIRCHNERATO?

sábado, 3 de septiembre de 2016

TEMER A TEMER

CORRUPCIÓN Y GOBERNABILIDAD Temer ya es Presidente, ahora a evitar o el default o la hiper El proceso de destitución de la ex presidente Dilma Rousseff fue judicializado el jueves 01/09: acusación y defensa presentaron una demanda ante el Supremo Tribunal Federal (STF). En la mañana, el abogado de Dilma, José Eduardo Cardozo, presentó una solicitud de anulación del juicio político. Por la tarde, el senador Alvaro Dias (PV-PR) solicitó al Tribunal que anule la decisión del Senado, que le permitió a Dilma mantener sus derechos a ocupar cargos públicos. Después de ir y venir 4 partidos aliados del presidente Michel Temer -PSDB, DEM, PPS y el propio PMDB- anunciaron que irán en acción colectiva. Sin embargo, hay quienes temen que estos recursos contra el derecho de Dilma a ejercer funciones públicas no sólo la victimicen sino provoquen una nulidad de todo el juicio. El miércoles 31/08, los 4 partidos habían renunciado a ir a los tribunales. En el PMDB, que preside Michelol Temer, 19 senadores votaron a favor de mantener a Dilma sus derechos. La defensa de Rousseff pidió una medida cautelar para anular su condena por el Senado, con el argumento de que se cometieron "muy grave e irremediable" nulidades en el proceso: cambió la cantidad de decretos que firmó Dilma y fueron motivo del juicio político. En la acusación original aprobada por la Cámara baja eran 4 pero en el juicio en el Senado fueron 5. También dice que la Ley de Juicio Político, de 1950, mantiene discrepancias con la Constitución vigente. Si bien es un tema con arrastre evidentemente, es hora de hacer un corte provisional en los hechos. Aquí va: Michel Temer cumple su sueño de llegar a Xi Jinping como Presidente permanente y no interino. El Senado de Brasil aprobó el miércoles 31/08 la destitución de la Presidenta Dilma Rousseff, la sucesora de Luiz Inácio Lula Da Silva dentro del Partido de los Trabajadores (PT), organización que venía gobernando desde hace 13 años. Sin embargo, el proceso de impeachment o juicio político –que había empezado hace 9 meses-, no inhabilitó a la (ahora ex) mandataria a ejercer nuevos cargos públicos por 8 años, tal como se creía que iba a ocurrir. Por lo tanto Dilma, si lo desea, podrá presentarse en elecciones próximas. Por 61 votos a favor, 20 en contra y sin abstenciones, Rousseff fue hallada culpable de haber maquillado el déficit fiscal durante su campaña presidencial en 2014, y fue depuesta por haberse alcanzado el voto de dos tercios del Senado, cantidad necesaria para concretarse el impeachment. En 2015, la economía brasilera se contrajo un -3,8%, con una inflación que superó el 10%, el desempleo en 11% y un déficit en las cuentas públicas de 115.000 millones de reales. A esta situación, se le sumaron las revelaciones del proceso judicial conocido como Operación Lava Jato, que desenmascaró el esquema de corrupción en torno a la petrolera estatal brasilera, Petrobras, montado en días de Luiz Inácio Lula da Silva, que manchó a gran parte de la dirigencia política y empresarial brasilera. “Infringir la Ley de Responsabilidad Fiscal dio argumento jurídico para un problema político generado por una crisis económica”, escribió el especialista en el Mercosur de la Universidad Paulista, Gustavo Segré, en su cuenta en la red social Twitter. Por otro lado, “la grieta en América se agranda”, afirmó Segré, en referencia a que la destitución de Dilma provocó reacciones distintas en los dos bloques políticos de la región que están cada vez más aislados el uno del otro: por un lado, Venezuela, Bolivia y Ecuador retiraron sus embajadores de Brasil. Pero por otra parte, Argentina y Estados Unidos reconocieron el Gobierno de Michel Temer, quien había sido el vicepresidente de Dilma hasta que comenzó el impeachment. Durante lo que duró el juicio, se desempeñó como Presidente interino y a partir del miércoles, asumió el cargo en plenas funciones. Brasil es un país que supera los 200 millones de habitantes y el 11º más desigual del mundo. La mitad de la población brasilera no tiene acceso a saneamiento básico, 35 millones de ellos carecen de acceso a agua limpia y en 2014, el país sufrió de casi 60.000 homicidios. Bienvenido Mihcel Temer a un cóctel de interrogantes y crisis acuciantes. Las 2 claves de Temer: congelamiento del gasto y reforma al sistema de jubilaciones “Durante los últimos 13 años, el Partido de los Trabajadores (PT) de izquierda, el de Rousseff, ha dominado la política. El partido rompió barreras. Luis Inácio Lula da Silva, protector y antecesor de Rousseff, se convirtió en el primer Presidente de clase trabajadora en 2003; ella fue la primera mujer en ocupar el puesto”, explica el semanario británico The Economist. “El boom global de los commodities pagó programas que sacaron a 40 millones de personas de la pobreza. Muchos brasileros siguen agradecidos. Sin embargo, la apasionada defensa propia que hizo Rousseff ante el Senado el 29 de agosto, conmovió a pocos de ellos.” Es que aquellos mismos que el Gobierno de Lula había ayudado a sacar de la pobreza, fueron los más afectados cuando Brasil fue golpeado por la peor recesión de su historia, que se le puede adjudicar tanto a la crisis en torno a Petrobras como a la caída en el precio de las commodities como a la propia ineptitud política de Rousseff, explica The Economist. Agrega: “Cerca de 12 millones de brasileros, alrededor de 1 de cada 9 trabajadores, están sin trabajo, un tercio más que hace un año. La economía se contrajo 3,8% anual en el 2do. trimestre de 2016, según reportó el Gobierno el 31 de agosto. Pero con la inflación cerca del 10%, el Banco Central tuvo pocas opciones más que mantener el objetivo de tasa de interés en 14,25%. Esto también es en gran parte culpa de Rousseff. Durante su 1ere. mandato entre 2011 y 2014, ella presionó al Banco a flexibilizar la política monetaria prematuramente.” Hoy, Michel Temer promete revivir la economía mediante políticas opuestas a las de Rousseff. Temer habla de privatizaciones, reducción de las regulaciones y disciplina fiscal, y eso ha entusiasmado a los inversionistas. Antes de la crucial votación en el Senado el miércoles, Temer anunció que su prioridad será enviar un proyecto para reformar el sistema jubilatorio en el mes de septiembre. Según informó la emisora TV Globo, Temer dijo que su prioridad será “la reforma jubilatoria, la reforma laboral, la aprobación de una nueva ley de techo para el gasto público.” El nuevo Presidente tendrá 2 años y 4 meses para emprender la “colosal tarea de limpiar las caóticas finanzas públicas de Brasil”, explica el semanario británico. Cuando Dilma comenzó su Presidencia, había un superávit primario (previo al pago de intereses) de 3,1%. Cuando se fue, el déficit era de -2,7%. Esa deterioración subió los costos de los préstamos, lo que empeoró la situación fiscal aún más. Hoy el déficit total es de un alarmante 10% del PBI. Vilma Pinto, del think-tank FGV-IBRE, advirtió a The Economist que si esto no se arregla, la deuda pública excederá en un 110% al PBI para el año 2022, lo que podría derivar en un default o una hiperinflación. Temer espera arreglar esto mediante 2 medidas: > Un congelamiento en términos reales del gasto público durante 20 años. > Una reforma en el sistema de pensiones, que recompensa a los trabajadores retirados generosamente a expensas del resto. “Ambas requieren que se modifique la Constitución. Las propuestas estuvieron estancadas durante el proceso de impeachment. Ahora, promete el Gobierno, ambas se moverán hacia adelante”, explica The Economist. Forbes: Brasil encaminado hacia aguas difíciles sin un capitán fuerte “Este verdaderamente es el fin de Rousseff”, dijo Edwin Gutierrez, director de deuda de mercados emergentes del grupo de inversión, Aberdeen Asset Management, a la revista Forbes. “El verdadero trabajo está recién comenzando para el Presidente Michel Temer ahora. Debe cumplir sus promesas. La más importante de sus reformas es la reforma de pensiones; debería ser su gran prioridad. Sin embargo, tiene que enfrentar el obstáculo de elecciones municipales en octubre antes de comenzar. Quiere sacárselas de encima y usarlas para consolidar su apoyo antes de que el trabajo espinoso de la reformas empiece.” Para Craig Botham, economista de mercados emergentes de la asesora de inversiones Schroders, Brasil está encaminado en la dirección correcta. “Los inversores dudan que Brasil se enamore de Temer, pero tienen esperanza de que lo peor de la crisis económica ya pasó. El riesgo político sigue siendo un factor mientras que las investigaciones de Petrobras continúan”, dijo a Forbes. Para Shannon Sims, de esa misma revista, el principal dolor de cabeza de Temer será el extremadamente fracturado Congreso que hereda. “Luego del impeachment, Brasil se encaminará hacia aguas difíciles e inexploradas, sin un capitán fuerte que dirija el barco.” Según Sims, el agujero económico en Brasil es demasiado profundo como para ser arreglado por un solo hombre, y el poder de Temer de hacer reformas significativas está restringida por su escasa popularidad. “Además enfrentará la oposición rabiosa del Partido de los Trabajadores y de los seguidores de Rousseff, que lo ven como la cara visible de un golpe.” Las fallas en el sistema político Eduardo Mello y Matías Spektor argumentan en la revista Foreign Affairs que la actual crisis política brasilera, surgida del esquema de corrupción de Petrobras, no es producto del comportamiento criminal de sus políticos líderes (al menos no solo). Para los autores, "la verdadera fuente del problema llega más profundo. El caos que enturbia al país es producto no del crimen individual sino de las fallas en el engranaje político. En el corazón de los problemas de Brasil con la corrupción y la ineficiencia están las reglas que gobiernan la relación entre las ramas ejecutiva y legislativa del país, que alientan exactamente el tipo de chanchullos que el escándalo de Petrobras ha revelado. Para regresar a su país a la solvencia política, los brasileros deben enfrentar una gran tarea: deben llevar a cabo reformas electorales y políticas profundas para eliminar los incentivos que llevan a que tantos oficiales rompan las reglas en un primer lugar." Mello y Spektor dicen que el problema está en que la Constitución brasilera, que le otorga al Presidente poderes extraordinarios para romper el embotellamiento en el Congreso cuando necesitan aprobar reformas, le hace pagar caro esta habilidad al Ejecutivo: debido a que el Congreso brasilero tiene más de 2 docenas de partidos políticas, es casi imposible que uno de ellos gane una mayoría. Esto obliga a los Presidentes brasileros a formar coaliciones para poder gobernar efectivamente. Y allí comienzan los problemas, ya que los partidos políticos brasileros carecen de agendas ideológicas coherentes, y en cambio, no tienen problemas en formas o disolver coaliciones a cada minuto. Como resultado, el Congreso está permanentemente renegociando sus lealtades políticas. "Todos estos problemas se intensifican por el hecho de que una vez que los legisladores brasileros asumen, pocas reglas refuerzan su lealtad. No solo pueden cambiar de partido; los legisladores también pueden votar como quieren, aun si esto significa votar contra su propio partido o la administración presidencial que su partido ostensiblemente apoya", explica Foreign Affairs. "La necesidad de ganar tantos aliados individuales -quienes también tienen sus propios intereses y circunscripciones que complacer- ha llevado a los presidentes brasileros a bombear grandes cantidades de cerdo (N de la R: el término es usado en inglés para describir un proceso utilizdo por los legisladores para obtener financiamiento del Gobierno central para proyectos que beneficien a sus electores locales), patronazgo y protección al sistema." Como ejemplo de esto, este año el Gobierno federal otorgó subsidios tributarios a familias bien conectadas en el estado de Goiás para ayudarlos a pagar la contratación de músicos locales para que toquen en las bodas de sus familiares. Las preguntas que enfrentará Michel Temer Sims enumera en Forbes los interrogantes más difíciles que tendrá que enfrentar de aquí en adelante el nuevo Presidente brasilero, que pertenece al Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB): > ¿Podrá Brasil restaurar su grado de inversión? Las agencias de crédito, que dividen a los países del mundo entre aquellos que poseen grado especulativo y los que poseen grado de inversión –en base a un promedio que tiene en cuenta la deuda gubernamental, la libertad de prensa y la distribución de renta-, han estado bajando la calificación de Brasil desde el año pasado. En septiembre de 2015, Standard & Poor’s rebajó la nota crediticia del país desde “BBB-“ a “BB+”, dejando al gigante sudamericano sin su grado de inversión. Fitch Ratings hizo descender aún más al país dentro del terreno especulativo en mayo de este año, recortando la nota soberana de Brasil de “BB+”, a “BB”. Moody’s, por su parte, también dejó al país en categoría especulativa en febrero de este año, al recortar las notas de bonos y deudas de Brasil de “Baa3” a “Ba2” ante la previsión de un mayor deterioro en las facilidades del país para obtener créditos externos, el “ambiente” de recesión y la creciente deuda pública. > ¿Se incrementarán las protestas sociales? ¿Podrían complicarle el Gobierno a Temer? “Temer precisa liderar con una herencia pesada del impeachment: la polarización política del país”, explica un artículo de O Globo. A la amenaza de la oposición del PT se le suma ahora la incertidumbre sobre cómo se comportarán los movimientos populares que apoyaron el impeachment pero no necesariamente apoyan a Temer. > ¿Podría la investigación de corrupción Lava Jato complicar a Temer? ¿Se podría llamar a nuevas elecciones antes de tiempo? “Los seguidores de Temer probablemente intentarán cajonear la investigación de corrupción Lava Jato para bajar la temperatura –explica Shannon Sims de Fobres-, especialmente ahora que Rousseff está fuera de juego. Pero si la investigación continúa, la oficina de Temer podría terminar implicada.” Por otro lado, la mayoría de los brasileros no está ni a favor de Dilma ni a favor de Temer, sino que en cambio lo que desean es una nueva elección presidencial. “Una nueva elección sería la solución más justa y simple. Pero se trata de Brasil, por lo que la solución más justa y simple es generalmente el camino menos escogido”, afirmas Sims. > ¿Caerán más colegas de Temer en la Lava Jato, y cómo irá a repercutir eso en su Gobierno? “Si la investigación se desarrolla como debería, y el patrón continúa, entonces sí, es probable que otros oficiales gubernamentales serán implicados en la investigación. Sin embargo, con Rousseff y el Partido de los Trabajadores afuera del poder, habrá presión para dar la investigación por terminada y olvidar todo el asunto”, explica Sims. > Algunas otras de las cuestiones a resolver: ¿Conseguirá Temer que el Congreso apruebe nuevas leyes en temas centrales como el gasto público y los programas gubernamentales? ¿Quiénes serán las nuevas estrellas políticas en ascenso en Brasil? ¿Cuál será el rol que jugarán Dilma Rousseff y su antecesor, Lula da Silva, en el escenario posterior al impeachmen

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