El Gobierno tenía un depósito de
chatarra en el medio del desierto. En el Congreso un día se dijo: “Alguien
puede entrar a robar durante la noche”. De modo que se creó el puesto de Sereno
y se tomó a una persona para el trabajo con un sueldo mensual de cinco mil
pesos.
Pero alguien en el Congreso
preguntó: “¿Cómo puede hacer el sereno su trabajo sin capacitación?”. Así que
se diseñó un área de planeamiento y se tomaron dos personas, una para escribir
las instrucciones y otra para realizar estudios de tiempo.
Luego alguien en el Congreso
razonó: “¿Cómo vamos a saber que el sereno está realizando sus tareas
correctamente?”. Apenas creado el Departamento de Control de Calidad se
contrató a dos personas: una para realizar los estudios y otra para escribir
los reportes.
Pero en el Congreso se planteó la
siguiente duda: “¿Cómo va a cobrar su sueldo toda esta gente?”. Entonces se
crearon los siguientes puestos: controlador de horarios y pagador de sueldos. Y
se contrataron dos personas.
“¿quién va a llevar la administración
contable de toda esta gente?, se preguntaron en el Congreso. Así se creó un
Área administrativa. Se contrató a cinco personas: un contador, un asistente y
tres secretarias.
Pero una voz de alarma tronó en
el Congreso: “¡Tenemos este depósito de chatarra en funcionamiento desde hace
un año y estamos sesenta mil pesos por encima del presupuesto! Debemos recortar
gastos”. Entonces echaron al sereno. Cualquier similitud con algún país
latinoamericano es pura casualidad.
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