Esta frase, fue la más repetida en la casa rosada al trascender la designación del Cardenal Bergoglio como el nuevo Papa Francisco I, de inmediato comenzó a funcionar la parafernalia informativa de la “corporación de prensa mas importante del país” que responde al gobierno nacional, se regaron las redes sociales de una pestilente avalancha de mentiras, calumnias, agravios e injuria contra la persona del Papa electo, consecuentemente el diario oficialista Pagina 12 respondía en obediencia debida con un artículo escrito por el vocero oficioso Horacio Verbitsky basado en falsos testimonios y una foto trucha que ya había sido utilizada para acusar en forma falas y artera a Bergoglio, como acostumbra sistemáticamente el oficialismo con todo aquel que ose esbozar alguna disidencia u opinión contraria a sus designios o intereses.
El mencionado periodista no es una persona impoluta e inocente, pero goza de la impunidad que le otorga el gigantesco aparato montado por la versión caprichosa y falas del secentismo que merced a la hipocresía reinante se instalo y da coberturas en un verdadero paraguas político que transforma a victimarios en victimas, a asesinos y secuestradores en censores de moral democrática.
Este fabulador profesional, es sin dudas un tipo de suerte. Como todos sabemos, es de público conocimiento que Verbitsky formó parte, allá por los 70 de la agrupación terrorista Montoneros, y ya el hecho de haber sobrevivido o el de no haber desaparecido, significa que tiene una “increíble suerte” para salvarse que llama la atencion.
Cuando en 1968 Rodolfo Walsh dirigía el diario de la CGT de los Argentinos, Verbitsky era Secretario de Redacción. Rodolfo Walsh murió asesinado porque cobardemente “alguien” lo entrego;¿ quién lo entregaría? Sin dudas alguien cercano que conociera sus movimientos.
En ese momento era a Verbitsky a quien le entregaron información centenares de obreros, militantes de izquierda, estudiantiles, etc. Muchos de quienes le entregaron información, hoy son NN. Sin embargo, Verbitsky, gracias a su “increíble suerte” sobrevivió, ellos no pudieron.
Asimismo, en 1970 Verbitsky trabajó en La Opinión con Jacobo Timerman.
A Jacobo casi lo desaparecen. Otra vez, casualmente y gracias a su “increíble suerte” Verbitsky ni siquiera fue detenido.
Luego, en 1973, Verbitsky trabajaba en el diario Noticias con Francisco “Paco” Urondo. A Urondo lo mataron en Mendoza, otra vez alguien lo entrego ¿habrá sido alguien cercano?
Otra vez, a Verbitsky lo acompañó su “increíble suerte”, ya que a él ni siquiera le tocaron el timbre a pesar de que todos sabían donde vivía.
Es tan “increíble la suerte” de Verbitsky, que si tenemos en cuenta que hasta el más tonto de los servicios…, esos, a los que mandan a espiar y tocan el timbre, sabían de su actividad periodística en la CGT de los Argentinos en 1968 y en los otros diarios, no sólo jamás tuvo un problema en los 70, sino que además, trabajó para los militares del proceso.
Ya, en 1978, en plena represión, Verbitsky trabajaba tranquilamente en el libro El Poder Aéreo de los Argentinos, encargado por dicha fuerza, El libro se encuentra en la biblioteca del Círculo de Aeronáutica y Verbitsky es mencionado en la primera página del prólogo por “El Cadete” Guiraldes.
Durante estos años, la “increíble suerte” lo ayudó para conseguir un buen trabajo, lejos del peligro de aquella época y bien remunerado, la prueba está que Verbitsky nunca fue molestado por los militares. ¿Me pregunto y le pregunto, cómo hizo para salvarse mientras sus compañeros morían? Vaya uno a saber…….., su nombre de guerra era “El Perro” tendrían que haberle puesto “El Gato” ya que demostró tener más de 7 vidas, no le parece.
Verbitsky tenía la tarea en Montoneros de marcar a quien se asesinaba o a quien se secuestraba, es esclarecedor el libro del periodista y escritor Carlos M. Acuña que lleva por titulo “Verbitsky” “De la Habana a la Fundación Ford”, en el nos cuenta ¿Quién es Verbitsky y como se financia él y el CELS?
Todo un personaje oscuro y siniestro, que goza de la impunidad que le otorga la hipocresía reinante, que juzga la historia caprichosamente en detrimento de quienes fueron sus victimas, entre otras cosas, Verbitsky planifico el asesinato del querido José Ignacio Rucci el 25 de septiembre de 1973 y en 1974 también planifico la voladura de la lancha del Jefe de la Policía Federal Alberto Villar en pleno gobierno constitucional.
Pero lamentablemente este siniestro personaje, como otros de la misma calaña, es tratado como si fuera un ciudadano ejemplar, algunos son funcionarios y otros legisladores, todos saben quiénes son, pero hacen que no saben.
Pero volviendo al punto que despertó esta polémica, es la realidad de dos argentinas coexistentes y Contrapuestas.
Una es la del “Amor al Odio”, la de la venganza, la de la lucha de clases, la del enfrentamiento permanente, la de la calumnia, la injuria, el falso testimonio si es necesario a los fines perseguidos, la del ver al otro como un enemigo y no como un adversario con quien disentir y dialogar en forma civilizada, el concepto del dialogo que los anima es : “La absorción y derrota total del enemigo a vencer, gozar de impunidad absoluta y rechazar cualquier cuestionamiento aun, el de ser un criminal impune o el enriquecimientos ilícito con dineros del estado, la cuestión es: “mantenerse en el poder a cualquier costo” para conseguir, someter a los que piensan distinto, establecer un pensamiento único y uniforme, donde el disenso sea cuasi delito, asumir la suma del poder público, subordinando a la totalidad de las instituciones incluyendo La Justicia, a los designios del ejecutivo en nombre de “La Revolución y los Pobres”, a los que someten y sumergen quitándoles “La Dignidad del Trabajo” en la dependencia de un Estado Despótico que los mantiene con lo que les quita a quienes trabajan.
Y la otra Argentina, la de la mayoría silenciosa que trabaja y se esfuerza, que ante la sorpresa del Papado de Francisco I se alegro hasta las lagrimas y salió a las calles a festejar, donde se confundieron en el abrazo, Católicos, Evangélicos, Judíos, Ateos y Agnósticos todos ávidos de salir del letargo que nos embarga, de dejar atrás la mediocridad deseando volver a la argentina de la concordia, del disenso mesurado, del dialogo constructivo, de la imaginación para superar nuestros propios escollos, volver a aquel abrazo de Perón y Balbín que mato la violencia subversiva , a la argentina de la inteligencia creativa, aquella de la genialidad que nos dio tantos Premios Nobel, aquella nación de La América del Sur de la gran Clase Media que supimos ser, la argentina donde la ascendencia social era un hecho real y concreto, donde los pobres eran una minoría y la sociedad se proponía eliminar por completo este pecado social, aquella Argentina de la cultura del trabajo que también fuera el centro cultural y faro de América.
La designación de Francisco I nos hizo soñar todo ello en un instante, porque esta sociedad argentina esta aletargada, pero con el potencial intacto para soñar primero y lograr después ese milagro Argentino que es posible y alcanzable, solo depende de nosotros, debemos demandar de nuestros dirigentes que echen andar este camino, el de la construcción del progreso, la paz, la concordia, que nos devuelvan la capacidad de soñar con el futuro.
Para ello es preciso moralizar la actividad política y la sociedad, el nombramiento del Papa Francisco I y su ejemplo de humildad, austeridad y simpleza es el camino y el ejemplo, el es, el hombre más influyente del occidente y nos proporciona con su proceder un modelo para seguir.
Con la inmoralidad, la corrupción, el egoísmo, la mentira, el exhibicionismo, el despotismo solo se llega al abismo y la destrucción.
Somos apenas 40 millones de personas en el octavo país en extensión territorial del mundo, con la pampa húmeda más importante de la tierra, tenemos menos habitantes que San Pablo, con una capacidad de
producción alimenticia para más de 500 millones de personas, tenemos agua potable en abundancia, la tierra más fértil de América, riquezas minerales inestimables, petróleo, gas y lo más importante, cuando nos esmeramos tenemos un enorme potencial intelectual e imaginación constructiva.
En fin dos Argentinas, dos cosmovisiones, una la del “Odio y La Impunidad, el concepto del Poder Absoluto, el no respeto a la constitución y La Ley”, con el rencor y la soberbia como únicos motores.
La otra la del “Encuentro, La Esperanza, El Dialogo, el Disenso Respetuoso, el imperio de La República y La Constitución, el de La Pasión por Nuestra Patria y su Pueblo.
Me permito preguntarme y le pregunto al lector: ¿cuál de estas dos Argentinas terminara por imponerse? Nuestro destino, está en nosotros.
Ya Veremos.
Por Juan Carlos González Costa
Sec. Gral. Periodistas Porteños
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