escribe Jorge Icaza,
especial para JorgeAsísDigital
La culpa por la trascendencia la tuvo el periodista-economista Alberto Padilla. El testigo involuntario, con su corbata radiante, aguardaba para emitir sus reflexiones ante Marcelo Longobardi, en C5N. Pero se quedó sin cámara. Porque cuando Longobardi entrevistaba al poeta impopular Alberto Fernández, lo sacaron violentamente del aire. A las 23.04. Cuando debía durar hasta las 23.30.
Entonces es en vano que el lamentable poeta sobreactúe. Que se auto-referencie, penosamente, como cofundador del modelo. Y que se “hable encima”, adonde pueda, con el verso surrealista. Aún dice: “Néstor Kirchner fue el mejor presidente de la democracia argentina”.

Papelones, tristezas, debilidades
Un papelón fue el de Daniel Hadad.
A esta altura de su trayectoria, y de su enriquecimiento, cuesta admitir que también Hadad se habla encima.
Las concesiones al pragmatismo, de un medio de comunicación, contienen el límite de la credibilidad.
Es -la credibilidad- el máximo atributo del oficio.
Un rol expresivamente triste fue el de Julio de Vido. Revelado, precisamente, por el culpable Padilla.
Pero ocurre que De Vido, a esta altura, mantiene la piel de cuero. Tiene incorporadas, para su digestión, suficientes pastillas de carbón. Como para hablarse encima lo que quiera. Sin pudores.
Julio, el desdichado, hoy debe esforzarse por asemejarse a Guillermo Moreno. Lo explicó el periodista Decano, Roberto García, en la emisión del avioncito que infortunadamente nunca despega.
Moreno es el Stewart Granger que crece entre las aventuras extravagantemente selváticas.
¿De Vido teme, acaso, que Stewart Granger tenga el objetivo de mandarlo preso?
Como si fuera un Jorge Brito cualquiera.
Brito, para Moreno, es el padrino espiritual de Amado Boudou. El de la causa perdida.
Pero fue, sobre todo, otra extraordinaria muestra de fragilidad de Cristina.
Desbordada, Nuestra César no se detiene en su obstinación por acumular errores. Y de “hablarse”, más que todos, “encima”. Cotidianamente.
Si Cristina -o sea su gobierno- ya no se banca siquiera una emisión de cable -que mantiene regularmente un punto del rating- es porque la pobrecita está mucho más en el horno de lo que el peor pesimista pueda suponer.
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