Una comisión legislativa que investigue las presuntas maniobras fraudulentas cometidas por el ex secretario de Transporte Ricardo Jaime. Otra comisión, en este caso bicameral, que evalúe el avance (o no) en la lucha contra la corrupción en la Argentina. Citaciones por doquier, empezando por el ministro de Planificación, Julio De Vido, y el actual secretario de Transporte, Juan Pablo Schiavi.
La plana mayor de la UCR anunció ayer esta batería de iniciativas con el propósito de amplificar, en el Congreso, el escándalo que destapó el descubrimiento de más de 20.000 correos electrónicos que desnudó una enorme red de corrupción que tendría a Jaime como centro. El caso se investiga en la Justicia, pero el radicalismo pretende que también rebote en el Parlamento, un escenario nada despreciable en pleno año electoral.
El escándalo se funda en supuestos pagos de sobornos para conseguir contratos, recaudación ilegal de fondos para campañas electorales del oficialismo y en negocios armados para compañías. Un oasis de información compactado en 20.000 correos electrónicos que se encontraron en las computadoras de Manuel Vázquez, ex asesor de Jaime.
El radicalismo no quiere dejar pasar la oportunidad de esmerilar al Gobierno por este escándalo. Sin embargo, su ofensiva recién vería la luz después de marzo con suerte, si es que los demás bloques opositores lo acompañan. Sucede que el período de sesiones ordinarias ya terminó y el Congreso recién abrirá sus puertas después del receso de verano.
El jefe de senadores de la UCR, Gerardo Morales, buscará un atajo la semana próxima, cuando se celebre la única sesión de sesiones extraordinarias en el Senado. Allí pretende discutir la creación de una comisión que investigue las presuntas maniobras irregulares que cometió Jaime en la Secretaría de Transporte.
Temario acotado
Sin embargo, difícilmente Morales logre su objetivo: como el temario en las sesiones extraordinarias lo fija el Poder Ejecutivo -para esta única sesión se prevé discutir los ascensos de militares y jueces-, la UCR requerirá los dos tercios de los votos. "Nosotros lo vamos a impulsar y si el Gobierno pretende hacer lo correcto, debería acompañar", desafió Morales.
Difícilmente esto suceda, admiten por lo bajo los radicales, por lo que la ofensiva recién cobraría vuelo en marzo próximo. Es por esto que, por ahora, las propuestas de la UCR tienen sólo un valor gestual.
"El problema de la corrupción no puede esperar hasta el próximo gobierno. Es un asunto urgente, una asignatura pendiente", enfatizó ayer el jefe del partido, Ernesto Sanz, quien cuestionó la escasa acción del Gobierno para combatir este flagelo. En este sentido, puntualizó que la Oficina Anticorrupción sólo dio curso a 18 denuncias penales de las más de 7200 carpetas de investigaciones iniciadas.
"La corrupción y la impunidad constituyen dos problemas estructurales de la Argentina", sostuvo, por su parte, el jefe de bloque de diputados radicales, Ricardo Gil Lavedra, quien propuso crear una comisión legislativa de análisis, planificación y acción legislativa contra la corrupción. El objetivo de este cuerpo será evaluar de manera periódica cómo actúan los distintos organismos destinados a luchar contra este flagelo.
La plana mayor de la UCR anunció ayer esta batería de iniciativas con el propósito de amplificar, en el Congreso, el escándalo que destapó el descubrimiento de más de 20.000 correos electrónicos que desnudó una enorme red de corrupción que tendría a Jaime como centro. El caso se investiga en la Justicia, pero el radicalismo pretende que también rebote en el Parlamento, un escenario nada despreciable en pleno año electoral.
El escándalo se funda en supuestos pagos de sobornos para conseguir contratos, recaudación ilegal de fondos para campañas electorales del oficialismo y en negocios armados para compañías. Un oasis de información compactado en 20.000 correos electrónicos que se encontraron en las computadoras de Manuel Vázquez, ex asesor de Jaime.
El radicalismo no quiere dejar pasar la oportunidad de esmerilar al Gobierno por este escándalo. Sin embargo, su ofensiva recién vería la luz después de marzo con suerte, si es que los demás bloques opositores lo acompañan. Sucede que el período de sesiones ordinarias ya terminó y el Congreso recién abrirá sus puertas después del receso de verano.
El jefe de senadores de la UCR, Gerardo Morales, buscará un atajo la semana próxima, cuando se celebre la única sesión de sesiones extraordinarias en el Senado. Allí pretende discutir la creación de una comisión que investigue las presuntas maniobras irregulares que cometió Jaime en la Secretaría de Transporte.
Temario acotado
Sin embargo, difícilmente Morales logre su objetivo: como el temario en las sesiones extraordinarias lo fija el Poder Ejecutivo -para esta única sesión se prevé discutir los ascensos de militares y jueces-, la UCR requerirá los dos tercios de los votos. "Nosotros lo vamos a impulsar y si el Gobierno pretende hacer lo correcto, debería acompañar", desafió Morales.
Difícilmente esto suceda, admiten por lo bajo los radicales, por lo que la ofensiva recién cobraría vuelo en marzo próximo. Es por esto que, por ahora, las propuestas de la UCR tienen sólo un valor gestual.
"El problema de la corrupción no puede esperar hasta el próximo gobierno. Es un asunto urgente, una asignatura pendiente", enfatizó ayer el jefe del partido, Ernesto Sanz, quien cuestionó la escasa acción del Gobierno para combatir este flagelo. En este sentido, puntualizó que la Oficina Anticorrupción sólo dio curso a 18 denuncias penales de las más de 7200 carpetas de investigaciones iniciadas.
"La corrupción y la impunidad constituyen dos problemas estructurales de la Argentina", sostuvo, por su parte, el jefe de bloque de diputados radicales, Ricardo Gil Lavedra, quien propuso crear una comisión legislativa de análisis, planificación y acción legislativa contra la corrupción. El objetivo de este cuerpo será evaluar de manera periódica cómo actúan los distintos organismos destinados a luchar contra este flagelo.
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