La electricidad tal como funciona en la actualidad fluye en una único sentido, es decir desde los centros de generación hacia los centros de consumo.
Si tenemos una pequeña cantidad de fuentes de electricidad (centrales) en comparación con la cantidad de centros de consumo (empresas y hogares), el tráfico es relativamente simple y se asemeja a autopistas de mano única. También se puede asemejar al tráfico de la Internet de hace algunos años en el cuál muchos usuarios consumían poco contenido (diarios y webs de comercio electrónico). Los bytes fluían desde sitios de noticias on line y desde plataformas de venta como Amazon hacia las computadoras de los usuarios.
El esquema de Smart Grid en cambio necesita de una red eléctrica que actúe de manera parecida a la Internet actual, también llamada Web 2.0, en la cuál los usuarios son casi tan consumidores como proveedores de información. En sitios como Facebook y YouTube, el tráfico de subida de información también puede considerarse significativo.
Si imaginamos una red eléctrica en la que las energías renovables juegan un rol sustancialmente mayor al actual, es probable que la cantidad de fuentes independientes de energía sean mayores que en la red eléctrica de hoy. Por más grande que sean los parques eólicos o solares, difícilmente generarán de manera individual tanta energía como las grandes represas hidroeléctricas o nucleares. Además, dada la imprevisibilidad e inconstancia del clima (el viento no sopla siempre y el sol solo irradia durante el día), es fundamental contar con sistemas de respaldo y sobredimensionar la generación de manera de compensar por ejemplo la falta de viento en un lugar con abundancia en otro.
Si además sumamos el sobrante de generación eléctrica casera (solar o eólica) que individuos revenden a la red cuando les sobra (tal como se venía haciendo desde hace unos años en España ), nos damos cuenta que se precisa una red más simétrica, una red más parecida a la actual Internet en la cuál generamos información además de consumirla.
De eso se trata la Smart Grid. De una red eléctrica inteligente doble-vía que será mucho más eficiente, tendrá el potencial de ahorrar dinero a consumidores y será favorable para el medio ambiente. Sin duda movilizar a la gente a comprar los dispositivos que harán funcionar este modelo será un desafío. Los hogares tendrán que ser equipados con medidores inteligentes, nuevos electrodomésticos eficientes ahorrarán energía, termostatos programables controlarán la temperatura eficientemente las 24 horas del día, paneles solares y molinos eólicos podrán aumentar la independencia de la red o participar activamente de esta al venderle sus excesos.
Sin embargo, todas estas tecnologías tendrán un precio en algunos casos bastante alto. Los consumidores compararán este precio con el ahorro que se puede lograr mes a mes en su factura de electricidad. Para que la Smart-grid se haga realidad, las distribuidoras, industria y gobierno tendrán que realizar un sistema de incentivos.
Tanto IBM como el gigante alemán Siemens están estudiando en profundidad los desafíos para alimentar un planeta cuya demanda en electricidad está creciendo a un ritmo del 2,2% anual. En una entrevista, el CTO de Siemens mundial, Michael Weinhold que visitó de forma reciente Buenos Aires, contó que la demanda actual mundial de electricidad ronda los 20.300 TWh (terawatt.horas) y ascenderá a 33.000 TWh para el año 2030. Satisfacer esta demanda requerirá no solo reemplazar varios sectores de la red actual sino actualizarla con una más eficiente y más flexible para satisfacer los requerimientos del futuro de manera sustentable. El ejecutivo ve la participación de los autos eléctricos como una parte fundamental de la Smart-Grid.
Estos pueden ser cargados a la noche aprovechando energía eólica de bajo costo y también utilizados en conjunto como acumuladores (baterías) cuando se requiera, creando un sistema de respaldo que amortigüe las fluctuaciones de la generación renovable. En ese sentido creo que es importante que la cantidad de ciclos de carga y descarga que aguanten las baterías sea antes sustancialmente incrementado. Si bien el cambio climático es una de las principales prioridades en este momento, no debemos resolverlo a expensas de la contaminación que podrían generar millones de baterías de autos eléctricos
Si tenemos una pequeña cantidad de fuentes de electricidad (centrales) en comparación con la cantidad de centros de consumo (empresas y hogares), el tráfico es relativamente simple y se asemeja a autopistas de mano única. También se puede asemejar al tráfico de la Internet de hace algunos años en el cuál muchos usuarios consumían poco contenido (diarios y webs de comercio electrónico). Los bytes fluían desde sitios de noticias on line y desde plataformas de venta como Amazon hacia las computadoras de los usuarios.
El esquema de Smart Grid en cambio necesita de una red eléctrica que actúe de manera parecida a la Internet actual, también llamada Web 2.0, en la cuál los usuarios son casi tan consumidores como proveedores de información. En sitios como Facebook y YouTube, el tráfico de subida de información también puede considerarse significativo.
Si imaginamos una red eléctrica en la que las energías renovables juegan un rol sustancialmente mayor al actual, es probable que la cantidad de fuentes independientes de energía sean mayores que en la red eléctrica de hoy. Por más grande que sean los parques eólicos o solares, difícilmente generarán de manera individual tanta energía como las grandes represas hidroeléctricas o nucleares. Además, dada la imprevisibilidad e inconstancia del clima (el viento no sopla siempre y el sol solo irradia durante el día), es fundamental contar con sistemas de respaldo y sobredimensionar la generación de manera de compensar por ejemplo la falta de viento en un lugar con abundancia en otro.
Si además sumamos el sobrante de generación eléctrica casera (solar o eólica) que individuos revenden a la red cuando les sobra (tal como se venía haciendo desde hace unos años en España ), nos damos cuenta que se precisa una red más simétrica, una red más parecida a la actual Internet en la cuál generamos información además de consumirla.
De eso se trata la Smart Grid. De una red eléctrica inteligente doble-vía que será mucho más eficiente, tendrá el potencial de ahorrar dinero a consumidores y será favorable para el medio ambiente. Sin duda movilizar a la gente a comprar los dispositivos que harán funcionar este modelo será un desafío. Los hogares tendrán que ser equipados con medidores inteligentes, nuevos electrodomésticos eficientes ahorrarán energía, termostatos programables controlarán la temperatura eficientemente las 24 horas del día, paneles solares y molinos eólicos podrán aumentar la independencia de la red o participar activamente de esta al venderle sus excesos.
Sin embargo, todas estas tecnologías tendrán un precio en algunos casos bastante alto. Los consumidores compararán este precio con el ahorro que se puede lograr mes a mes en su factura de electricidad. Para que la Smart-grid se haga realidad, las distribuidoras, industria y gobierno tendrán que realizar un sistema de incentivos.
Tanto IBM como el gigante alemán Siemens están estudiando en profundidad los desafíos para alimentar un planeta cuya demanda en electricidad está creciendo a un ritmo del 2,2% anual. En una entrevista, el CTO de Siemens mundial, Michael Weinhold que visitó de forma reciente Buenos Aires, contó que la demanda actual mundial de electricidad ronda los 20.300 TWh (terawatt.horas) y ascenderá a 33.000 TWh para el año 2030. Satisfacer esta demanda requerirá no solo reemplazar varios sectores de la red actual sino actualizarla con una más eficiente y más flexible para satisfacer los requerimientos del futuro de manera sustentable. El ejecutivo ve la participación de los autos eléctricos como una parte fundamental de la Smart-Grid.
Estos pueden ser cargados a la noche aprovechando energía eólica de bajo costo y también utilizados en conjunto como acumuladores (baterías) cuando se requiera, creando un sistema de respaldo que amortigüe las fluctuaciones de la generación renovable. En ese sentido creo que es importante que la cantidad de ciclos de carga y descarga que aguanten las baterías sea antes sustancialmente incrementado. Si bien el cambio climático es una de las principales prioridades en este momento, no debemos resolverlo a expensas de la contaminación que podrían generar millones de baterías de autos eléctricos
Las Smart-Grid parecen todavía un concepto lejano especialmente en nuestras latitudes pero a medida que la energía venga de fuentes renovables inicialmente más costosas será prioritario aprovechar su elevada eficiencia.
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