
La Nueva Provincia - 08-Abr-10 - Opinión
http://www.lanueva.com/edicion_impresa/nota/8/04/2010/a48002.html
EDITORIAL
Bla, bla, bla
Mezcla de maestra de Siruela y de Catita, la presidente dijo anteayer, sin ruborizarse, claro, que se sentía "un poco como la Sarmiento del Bicentenario". En tren de decir tonterías, de equivocarse en los tiempos de verbo, de confundir localidades o de exagerar sus lecturas --una vez se declaró hegeliana, sin haber leído una página del gran filósofo germano-- Cristina Fernández no tiene igual. Forma parte de esa categoría tan peligrosa y tan ridícula de los que nada saben pero creen que saben.
Sobre todo lo humano y lo divino es capaz de hablar, dada su proverbial incontinencia verbal, la mujer de Kirchner. Al menos si supiese de lo que habla, sus desmesuras y errores --que cualquiera puede cometer-- pasarían inadvertidos. Pero es tal su verborragia y tan poco su calibre intelectual, que cuando habla mueve a risa o se sufre con vergüenza ajena.
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