LAS BOLAS DE BATATO

D'Elía, Radio Cooperativa y su artillería contra y a favor de Kirchner
"Tengo las bolas por el piso de tanto maltrato", había advertido ya el piquetero oficialista Luis D´Elía cuando lo dejaron fuera de las listas. ¿Acaso no cerraron las heridas o es que finalmente "se las pisó"? La relación amor-odio del piquetero y los pingüinos data de largo: lo de ayer fue un capítulo más de esta novela de inconsistentes.

'El que avisa no traiciona': Llegó el mangazo de D´Elía a la Rosada
CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24).- Radio Cooperativa es la vía por la cual el piquetero oficialista, y a veces no tanto, se expresa para hacer su pedidos a los Kirchner que en su mayoría, llegan de mala manera pese a la relación de amor que mantienen cada tanto.

La de ayer fue el último capítulo de odio con base en los planes sociales. Pero difícil es olvidar los reclamos que hizo el piquetero cuando Néstor Kirchner lo dejó fuera de las listas para las elecciones del 28 de junio del año pasado.

"Cada vez que Kirchner tiene dificultades me llama, pero nunca para armar una lista", afirmó. Dijo que el ex presidente le clavó "una cuchillada trapera", lo criticó por su "trato autoritario y selectivo" y le reprochó "socializar las pérdidas y nunca los beneficios".

"¡Avisale a tu jefe que me voy a pasar a la vereda de enfrente!", había amenazado nervioso. Del otro lado del teléfono, el secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli, le pedía tranquilidad. D´Elía acumulaba insultos y reproches. Hablaba del "jefe" sin nombrarlo. No hacía falta: sabían que era Néstor Kirchner.

Hasta hacía un año atrás, había defendido con uñas y dientes al kirchnerismo... mejor dicho, con puños y palos.

"¡Tengo las bolas por el piso de tanto maltrato!", le dijo a Parrilli. "¡Bajá los decibeles!", le ordenó y le prometió interceder para que Kirchner lo reciba. "Ojalá me equivoque, pero la verdad es que no te creo nada", contestó D´Elía.

Fue entonces cuando la relación con Kirchner entró en una etapa crítica. Y se sucedieron varias rispideces como cuando Kirchner fue a un acto al Luna Park con el diputado Edgardo Depetri, quien había sido aliado durante el conflicto con el campo, hasta que D´Elía lo consideró un "traidor" que intentó quitarle protagonismo y respaldo.

El piquetero descargó toda su bronca a través de Radio Cooperativa. "¡En algunas cabecitas del Gobierno los movimientos sociales no existen más!", comenzó.

Al final repitió lo mismo que le diría luego a Parrilli: "¡Que lo sepa Kirchner! ¡Tengo las bolas por el piso de tanto maltrato! No queremos más este trato selectivo, autoritario y utilitario con los compañeros. Un trato de mierda que tiene que cambiar".

Y hasta amenazó con una movilización dos días antes del cierre de listas. Algo similar a lo que se escuchó ahora con el aditivo de que no serán sólo los piqueteros K los que salgan a la calle a reclamar.

El propio Aníbal Fernández manifestó el año pasado que D'Elía "no pertenece al Gobierno". Pues, si hay alguna verdad es que sólo el piquetero puede percibir una diferencia importante entre el Gobierno de Néstor y el de su esposa, y es que a él no le ha ido mejor en el segundo.

D´Elía lo ha manifestado: "He vivido épocas donde Kirchner durante tres años, cuatro veces por semana, se levantaba y el primer teléfono al que llamaba era al mío".

Y agregó: "Yo era una especie de vocero oficioso. El muchacho este que despidieron, Miguel Núñez, me tendría que pagar el sueldo a mí porque ese laburo lo hice por más de tres años".

Con una cierta carga de melancolía, D'Elía describió cómo era la tarea que el entonces jefe de Estado le encomendaba todas las mañanas. Le indicaba que tratara determinado tema y entonces el piquetero preparaba una estrategia comunicacional.

Con un dejo de sarcasmo, manifestó: "La verdad tan mal no le fue a este muchacho conmigo de vocero". Y "modestidad aparte" concluyó: "Conmigo le iba fenómeno".