Por qué los vástagos del staff K complican a sus padres.
Pablo D'Elía, Pablo Moyano y Máximo Kirchner, hijos del poder K.
La conducta del kirchnerismo no admite cuestionamientos en un único rubro: el valor simbólico que le dan a la paternidad. Julio de Vido, Hugo Moyano, Héctor Recalde, Daniel Scioli y hasta Néstor Kirchner lograron instruir a sus hijos en el camino de la política. Y en los últimos tiempos, los "hijos de" empezaron a destacarse con brillo propio -y heredado- en la escena de la política nacional.
En camión o en avión. El líder de la CGT, Hugo Moyano, tiene siete descendientes y logró instruir a dos de ellos en el sindicalismo duro. Pablo (37), el mayor, heredó la conducción del sindicato de Camioneros, convoca a manifestaciones, maneja la gestión contable del gremio y destraba y activa conflictos todos los días. La semana pasada mostró su poder orgulloso: bloqueó las plantas distribuidoras de varios medios gráficos y demoró durante horas la salida de La Nación, Clarín y NOTICIAS con el argumento de que quiere que se les aplique a los choferes de las cooperativas el convenio de Camioneros. Lo cierto es que la ofensiva coincidió con kas nuevas diatribas del oficialismo contra el periodismo y también contra la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) que visitó el país y condenó el trato del Gobierno a la prensa.
Héctor Recalde, abogado de la CGT y mano derecha de Hugo Moyano, defendió los bloqueos de Pablo porque sabe por experiencia propia que un hijo puede ser el mejor aliado en política. Su vástago Mariano Recalde (37) es director de Aerolíneas Argentinas y, si bien llegó a ese puesto gracias a sus contactos y su apellido, tiene una larga trayectoria. Empezó a militar a los 13 en el Colegio Nacional de Buenos Aires, donde llegó a ser presidente del Centro de Estudiantes en 1990, se desempeñó durante años como abogado laborista de varios sindicatos que responden a Moyano y se postuló como candidato a legislador del kirchnerismo, pero no logró el porcentaje necesario para ser electo.
El hijo de Héctor Recalde sedujo al Gobierno cuando en el 2007 registró, con una cámara oculta, el intento de soborno a su padre para trabar un proyecto de ley sobre tickets, escándalo que derivó en el fin del sistema. Hace unas semanas saltó a la fama cuando tuvo que aclarar por qué había agregado un vuelo a Montevideo para viajar junto a funcionarios y amigos K a ver el partido Argentina-Uruguay.
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