LEAKYMAILS A LA CIUDADANIA
Si algo ha quedado en evidencia a lo largo de estas últimas horas, a partir del conocido acto de censura -sin paralelo en la historia del país contra un portal de internet, en este caso el nuestro, aunque seguirán otros-, es que la comunidad nacional e internacional se ha hecho eco de la intolerancia y la falta de libertad que hoy impera en una Argentina donde la palabra "República" solo exhibe concepto nominal. "Democracia" es hoy apenas un conjunto de letras, desprovisto de sentido.
Prueba de ello ha sido la gran cantidad de artículos periodísticos y notas que han condenado este nefasto acto de censura, arribando manifestaciones críticas de dicha medida desde países como Brasil, Perú, Colombia, Chile, México, Estados Unidos, Gran Bretaña, Australia, España, Italia, Suiza y otras naciones europeas. Por supuesto, sin dejar de considerar la solidaridad de aquellos quienes, pidiéndonos mantener la reserva, nos han brindado su apoyo de diversas formas, a los efectos de que podamos continuar con nuestra labor. En este punto, vale la pena destacar que tales manifestaciones de apoyo han provenido tanto de la izquierda como de la derecha. Algunos se han expresado contrarios a nuestro trabajo, pero no dejaron de brindarnos su solidaridad y comentar sobre el malestar originado en virtud de este acto de boicot de parte del gobierno argentino, encabezado por la Presidente Cristina Fernández de Kirchner. La actitud tomada por su Administración ha sido comparada hoy por algunos medios internacionales como la que en su oportunidad tomaran países como Egipto, Libia, China, Cuba, Corea del Norte o Venezuela.
Lo preocupante de este hecho en particular es que sienta un precedente histórico peligroso en perjuicio de la libertad de expresión en la Argentina. No nos referimos a medios gráficos, en donde la actitud del Gobierno Nacional se ha asemejado al caso de Globovisión en Venezuela. La Casa Rosada ha llegado a presionar a determinados medios de prensa con causas judiciales puntuales, con la meta de doblegarlos. Y también ha logrado dar su estocada al sitio en donde la libertad casi es tangible -y donde el límite de la expresión va más allá de las posibilidades que tiene cualquier ciudadano que puede sentarse frente a un teclado-: las presiones del gobierno han llegado ahora al ciberespacio. Hecho que también es inédito en nuestro suelo.
La pregunta obligada: si hoy han comenzado a poner en práctica este sistema de censura, ¿a quién afectará después? ¿Quién puede sentirse verdaderamente libre? Y, ¿cuántos pueden sentirse seguros respecto de las garantías de su libertad de expresión?
Esperamos que este episodio sirva a las autoridades nacionales para que reflexionen profundamente. Estas no solo pecan de soberbia, sino que sus dignatarios se mueven en medio de una convencida ignorancia y un amplio reduccionismo negacionista, en donde el microclima y la escasa retroalimentación que hacen a la política les impide ver la realidad que hoy atraviesa el Pueblo Argentino. Han intentado tapar la miseria regalando computadoras. Ocultan el analfabetismo obsequiando juegos electrónicos, en tanto que niegan el hambre con discursos.
Pero si de libertades individuales se trata, esta edición especial (ver link ) está dedicada -como fue la intención del sitio desde su comienzo- a demostrar cómo la libertad ha desaparecido de la Argentina. Porque aquí todo mundo es vigilado y fotografiado. Sin importar las personas sean de "derecha", de "izquierda", civiles, militares, judíos, musulmanes, católicos, masones o protestantes. Puntualmente, este gobierno ha utilizado -y continúa haciéndolo- a los servicios de Inteligencia, con la asistencia de jueces corruptos, y con el objetivo de dar forma a la más grande violación de derechos privados en la historia de nuestro país. Así puede comprobarse en los casi mil documentos de Inteligencia que, en esta entrega, ponemos a disposición del público. En ellos puede verse cómo -desde 2002-, se ha venido instrumentando la intercepción de correspondencia electrónica para posteriormente -con el visto bueno de un juzgado en San Isidro, a cargo de la Jueza Sandra Arroyo Delgado- "blanquear" y sistematizar lo interceptado ilegalmente, para utilizarlo como información de cambio, o bien para extorsionar o negar los denominados "carpetazos".
Aquí reside y residirá en el futuro nuestra tarea, esto es, orientarla hacia una verdadera búsqueda de transparencia. Aunque les pese al Gobierno Nacional y a aquel puñado de magistrados corruptos que han cajoneado causas como la de Siemens. Por su culpa, se ha visto mancillado el buen nombre de la Justicia en nuestra Patria.
Seguiremos adelante, y allí estaremos -venga el gobierno que venga- hasta que las cosas se hagan como se deben.
No van a poder callarnos.
Muchas gracias a todos por las expresiones de apoyo;
El equipo de LeakyMails
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