UN COMENTARIO SOBRE SCIOLI QUE KIRCHNER LE HIZO A PAMPURO:
“Cómo le gusta la plata a este muchacho”
El ex presidente se hace cargo del peronismo bonaerense para negociar con De Narváez que éste participe en la primaria.
Por Alexis Di Capo para el Informador Público
El mensaje que el ex presidente le envió al gobernador a través del presidente provisional del Senado no fue la única amenaza implícita que llegó a La Plata, en consonancia con el cerco que sufre Daniel Scioli, que Informadorpublico.com publicó como primicia (ver Scioli víctima de la polarización entre Moyano y los intendentes).
En el despacho del Juez Federal Norberto Oyarbide están pendientes no pocas citaciones en relación a la causa de la mafia de los medicamentos. Una de ellas tiene por destinatario al ex Ministro de Salud bonaerense, Claudio Zin, que debería explicar sobre las compras de medicamentos realizadas por su segundo, el ex Subsecretario de Salud, Alberto Costa, a la droguería San Javier de Néstor Lorenzo, uno de los principales imputados en la investigación. Las intimidades de otras contrataciones en distintas áreas de la administración provincial serían los reaseguros que en Olivos tienen sobre la conducta del ex motonauta. Kirchner no se está convirtiendo en el interventor de Buenos Aires por un capricho. Hay más de una razón que lo explica. Para empezar, el destrato a la figura con mejores encuestas que tiene el oficialismo es también un mensaje al resto de los gobernadores justicialistas. No habrá piedad para los que intenten deslealtades electorales.
Pero la segunda razón sería la más importante
Kirchner creería que si el gobierno opera a fondo, la diferencia que obtenga en el mayor distrito del país le podría hacer ganar en primera vuelta el año que viene. Esto es, llegar al 40% y que la UCR no pase del 30%.
De Narváez, el destinatario
La presión para neutralizar a Scioli y la concentración de la mesa chica en Moyano y los intendentes leales serían los medios elegidos por Kirchner para influir en Francisco De Narváez. Hasta la versión de que Aníbal Fernández podría presentarse como candidato a gobernador apuntaría en el mismo sentido. Si De Narváez acepta postularse para la gobernación en la interna del PJ, según los cálculos kirchneristas, esto precipitaría el desmantelamiento del Peronismo Federal y una masiva participación peronista en la primaria, como prólogo de una brillante elección general del Frente para la Victoria. Como es fácil deducir, el empresario definiría ir por dentro del PJ sólo si tiene serias chances de llegar a la gobernación. ¿Está dispuesto Kirchner a entregarle la gobernación a De Narváez a cambio de aumentar sus chances de ganar la elección nacional? La desconfianza entre ambos es enorme y hay muchas razones para que un pacto de este tipo jamás se firme. Eduardo Duhalde, por ejemplo, se ocuparía de hacerle saber a De Narváez que Kirchner jamás cumplirá lo acordado y que podría quedar enredado en una interna donde el oficialismo termine haciéndole la vida imposible. El repunte que el gobierno exhibe en las encuestas sería, por el contrario, un argumento favorable para que De Narváez apueste a jugar “por dentro”. Aunque todavía falta demasiado y las tendencias pueden modificarse.
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