EL RENOVADOR Y EL PILOTO DE TORMENTA
Duhalde vs De Narváez, la nueva interna del PJ disidente
Por Carlos Tórtora
La lucha por el control del Senado y la crisis de las reservas congelaron casi por completo la campaña permanente de los presidenciables. Éstos deberán ajustar sus estrategias de acuerdo a cómo quede parado en esta crisis el principal contendiente: Néstor Kirchner. En el PJ disidente se da por descontado que Carlos Reutemann, luego de una fugaz aparición como presidenciable que luego desmintió, mantendrá un perfil bajo en los próximos meses. Como están las cosas, Eduardo Duhalde y Francisco de Narváez están compitiendo por el control del peronismo antik. Los dos están iniciando un plan de trabajo nacional que incluye la captación de intendentes, legisladores y hasta gobernadores K dispuestos a cambiar de bando, pero lo más tarde posible.
Las últimas encuestas muestran una pequeña baja del empresario, que puso en alerta a su estado mayor. De Narváez viene explotando su triunfo electoral sobre Kirchner el 28-j del 2008, al igual que Julio Cobos disfruta todavía de los laureles de su voto no positivo. Varios consultores estarían advirtiendo que esto ya no es suficiente para seguir avanzando hacia la Casa Rosada y que el candidato debe acentuar su imagen de renovador de la política.
La estrategia multipropósito
En las sombras, José Luis Manzano, ex ministro del Interior y hoy socio de Daniel Vila en Grupo Uno, pilotea la operación de De Narváez, que se caracteriza por mantener abiertas todas las opciones: esto es, gobernador de Buenos Aires, presidente y vicepresidente. Las dos últimas dependen de que la justicia lo habilite, porque en principio su origen colombiano lo deja fuera de la carrera presidencial. El discurso de Ricardo Lorenzetti la semana pasada, separando a la Corte de las políticas del gobierno, fue festejado en la central de Las Cañitas, porque crearía el ambiente para que la Corte se pronuncie en el futuro a favor de evitar cualquier proscripción a los candidatos.
La alianza con Cobos, una de las principales operaciones de De Narváez, entró por ahora en el freezer. El motivo es que el Vicepresidente tiene que privilegiar su difícil recomposición de relaciones con el Comité Nacional de la UCR y evitar roces en las filas radicales.
Piloto de tormenta
Contando con un aparato político ya experimentado, el problema central de Duhalde ahora es crecer en las encuestas y sobre todo en el electorado independiente. Los errores económicos lo ayudan. El escenario de alta volatilidad que se está instalando, con alta inflación y conflictividad social y sindical en aumento, podría fortalecer los liderazgos que muestren mayor autoridad. El título de piloto de tormenta ganado por Duhalde en la crisis del 2002 podría entonces hacerlo crecer en una clase media asustada por la creciente inseguridad económica.
Hay optimismo en el staff duhaldista, porque las adhesiones serían mucho mayores cuando la gente es consultada acerca de a quién votaría si hay una crisis importante.
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